Identidad personal e interacción educativa

Laburpena

La identidad narrativa siempre es interacción comunicativa, porque el ser humano es un ser que desde su subjetividad desarrolla múltiples interacciones que marcan el curso de su vida, integrando cada acontecimiento a su estructura biográfica. Estas interacciones son las que constituyen la experiencia de cada individuo particular y singularmente, dándole el carácter distintivo y único que llamamos identidad. Es así como, identidad y experiencia configuran la constitución antropológica humana y son la materia prima de lo que llamamos ¿identidad personal¿. Pero esa interacción comunicativa que se nutre de las experiencias propias y ajenas y cuya acción narrativa constituye la identidad narrativa es a la vez el elemento substancial con que los seres humanos mantienen su vida anclada frente al devenir de los años y las experiencias diversas. Cabe destacar aquí el papel que juegan las interacciones simbólicas en la vida y las experiencias constitutivas de la identidad del ser humano. De ahí que identidad y persona sean dos categorías inseparables, aun cuando las mismas impliquen un proceso gradual de construcción ético biográfico. Posturas filosóficas como las de Platón y Aristóteles, Kant y Hegel, Hábermas, Hanna Arendt y Taylor, nos permiten entender la delimitación práctica de la identidad personal, para finalmente tratar las implicaciones pedagógicas comprometidas con la identidad, y que contribuyen de manera esencial en la determinación de la personalidad de los niños, jóvenes y adultos, ya que tienen impacto directo en la construcción gradual de la identidad de la persona. Por último, y buscando un método para comprender la formación de la persona, su identidad, abordamos las interacciones realizadas por Carl Rogers en su propuesta y ¿el ipse y el ídem¿ de Ricoeur.