Resiliencia y trastornos de la conducta alimentaria
- Menezes de Lucena Carvalho, Virginia A.
- Miguel Pérez Fernández Doktorvater/Doktormutter
Universität der Verteidigung: Universidad de Salamanca
Fecha de defensa: 03 von Februar von 2016
- Florencio Vicente Castro Präsident/in
- Pedro Manuel Mateos García Sekretär/in
- Alfonso Salgado Ruiz Vocal
Art: Dissertation
Zusammenfassung
[ES] Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son enfermedades psiquiátricas, caracterizadas por un comportamiento patológico frente a la ingesta alimentaria y una obsesión por el control de peso. Así, los medios de comunicación y el mundo de la moda sustentan la imagen de la extrema delgadez, sinónimo de éxito, seguridad y felicidad, como un canon de belleza en la sociedad contemporánea. La insatisfacción con la imagen corporal y los métodos para perder peso, no sanos, puede suponer un riesgo para la salud y colocar a las personas en situaciones de vulnerabilidad para los TCA. No obstante, la literatura, apunta que existen otros factores psicosociales que pueden jugar un papel opuesto; esto, consiguen proteger los individuos cara a los TCA. En este sentido, cabe destacar que la resiliencia, como capacidad de recuperarse contra la adversidad y rehacerse, puede constituir uno de estos factores. OBJETIVO. Estudiar la resiliencia y su relación con los TCA en una muestra de estudiantes de la Facultad de Psicología de la Universidad de Salamanca. MÉTODO. Fueron entrevistadas 365 alumnas, procedentes de diferentes provincias de España, con una edad media de 21,38 años (DT = 2,53), de las cuales el 61,5 vivía en pisos de estudiantes. Las alumnas fueron sometidas a una entrevista para determinar a presencia de trastornos de la conducta alimentarias (TCA) y evaluar diferentes predictores de los mismos. Los cuestionarios utilizaron fueron los siguientes: a) un cuestionario sociodemográfico en el que se solicitaban datos de tipo sociodemográfico para valorar variables personales, familiares y del contexto académico; el índice de masa corporal (IMC); La escala de resiliencia Connor-Davidson (CD-RISC; Connor & Davidson, 2003), para medir la resiliencia; el Test de Actitudes hacia la Comida (EAT-40; Garner & Garfinkel, 1979), para evaluar las variables relacionadas con las actitudes y comportamientos relacionados con la anorexia nerviosa; y, por último, el Body Shape Questionnaire (BSQ; Cooper, Taylor, Cooper & Fairburn, 1987), encaminado a detectar actitudes, comportamientos e influencias respecto a la imagen corporal. RESULTADOS. El 68,8% de las alumnas presentaban un peso normal, el 20% un peso bajo y el 10,4% manifestaron sobrepeso según el índice de masa corporal (IMC). El 31,8% de las estudiantes informó de la presencia de obesidad en la familia, siendo la madre responsable del 37,1% de los casos, mientras que 11,8% de las jóvenes entrevistadas relataron caso casos de anorexia o bulimia en la familia, de los cuales estos TCA lo presentaba la propia entrevistada en el 18% de los casos. Los mayores porcentajes de TCA se encontraron entre las alumnas que relataban vivir solas (33,3%) o haber repetido algún curso de psicología (24,4%). Un dato a reseñar fue la asociación que consta entre los TCA con la diferencia que hay entre la medida antropomórfica real de la alumna y aquella que considera ideal. Concretamente, la probabilidad de tener probable TCA fue 2,16 veces mayor en el grupo con alta diferencia de peso, y 1,66 (p = 0,010) veces mayor en el grupo con alta diferencia en la talla (p = 0,049). También, las alumnas que relataron historia presencia de obesidad o de anorexia o bulimia en la familia fueron respectivamente 1,85 y 3,25 veces más propensas a tener trastornos de la alimentación. Por otro lado, las alumnas con baja resiliencia fueron 1,66 veces más propensas a tener TCA. Además, los datos demostraron que las jóvenes con baja resiliencia fueron 1,82 veces más propensas para ser perfeccionistas, 1,82 ineficaces, 1,86 desconfiadas interpersonalmente, 1,87 inseguras, 1,57 para tener alta consciencia, 1,80 alto miedo de la madurez. La probabilidad de presentar un TCA fue 5,85 veces más alta en aquellas alumnas que peores actitudes hacia la comida, evaluadas con el EAT. Así, la probabilidad de presentar TAC fue todavía más alta (6,33) entre aquellas alumnas que puntuaron alto en la subescala TCA dieta, esto es, entre aquella que realizan más tipos de dietas, e entre las alunas con mayor insatisfacción con el propio cuerpo (6,17 veces más alta). En fin, revelase que los predictores de los TCA fueron: la diferencia antropomórfica entre la talla real y la ideal (OR = 2,93; p = 0,01), presentar antecedentes de anorexia o bulimia en la familia (OR = 2,86; p = 0,02), tener actitudes altas hacia la comida (OR = 2,37; p = 0,02) y mayor insatisfacción con la propia imagen corporal, que presentó los mayores efectos, variando de 5,47 a 5,79. CONCLUSIÓN. La resiliencia parece que puede prevenir contra los TCA. Aunque estos datos precisan ser confirmados en nuevos estudios, a priori, los resultados de la presente investigación parecen indicar que este constructo psicológico podría ser utilizado en los programas de prevención contra los TCA, en la perspectiva de la promoción de la salud mental y calidad de vida de las personas.