El acervo integracionista en Europa y Américauna historia común
- José María Monsalvo Antón Director
- José Antonio Calvo Gómez Director
Universidade de defensa: Universidad de Salamanca
Fecha de defensa: 26 de xaneiro de 2016
- Josefina Cuesta Bustillo Presidente/a
- Lourdes Miguel Sáez Secretario/a
- David Sanz-Bas Vogal
Tipo: Tese
Resumo
Cuando se piensa en los inicios de la historia de la integración regional como fenómeno en las relaciones internacionales, se suele pensar en mediados del siglo XX, tomando como referencia el proceso de integración regional de la Unión Europea. El conjunto de la Academia suele estar de acuerdo con dicha aseveración, por consiguiente, se suelen marcar como punto de partida los Tratados de Roma de 1957, que dan origen a la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de la Energía Atómica (EURATOM), o en algunos casos, se citan como antecedentes históricos el Convenio Aduanero, firmado en Londres en 1944, que crea el BENELUX, o el Tratado de París de 1951, que constituye la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA). Al período entre 1945-1970 se le define como un “período de integración regional clásica” . Muchos académicos toman este período como punto de inicio de la historia de los procesos de integración regional y, sobre el mismo, centran sus investigaciones y teorías. En este orden, se pueden citar los siguientes autores: Mitrany , Viner , Haas , Balassa , Mundell , Mandel , Nye , Schmitter , Puchala , Cantori y Spiegel . Cada uno de estos autores, desde diferentes perspectivas y disciplinas, ha tratado de estudiar la evolución histórica de los procesos de integración regional y su impacto en las relaciones internacionales, analizando para ello sus objetivos, mecanismos e instituciones sobre los cuales nacen, crecen y se desarrollan. Toda idea o proyecto de integración anterior al “período de integración regional clásica” es considerada “sueños de unificación”, “anhelos de unidad” y “utopías de pensamiento”, sin embargo, si no hubiesen existido todas estas ideas, sueños y proyectos, la Europa que hoy conocemos no existiría, dado que el grado de institucionalidad existente en el proceso de integración europea, así como sus objetivos, valores y principios han sido resultado de esos sueños, anhelos y utopías integracionistas. Esta investigación pretende demostrar que existe una historia anterior al período histórico definido como “integración regional clásica”. A este período le llamamos “el período del acervo integracionista”, el cual se divide en dos fases. La primera nace en la Edad Media, con las ideas de unificación política de Europa, a través del surgimiento del Sacro Imperio Romano Germánico, que buscaba restaurar la gloria del Imperio Romano, en manos de Carlomagno, quien fue nombrado “Imperator Romanorum en el siglo IX, y a quien se le atribuye el esbozo de una Europa unida. Sin embargo, esta idea quedará frustrada, porque a lo largo de la Edad Media se dará una disputa de poderes en el sistema internacional entre el papado, el imperio y las regiones feudales. Estas últimas a su vez, se integrarán políticamente para formar los futuros Estado-Nación en detrimento del poder del papado y del imperio. La segunda fase parte en los ciernes de la creación de los Estados-Nación en el siglo XVII, mediante el Tratado de Westfalia, el cual estableció un nuevo orden internacional basado en la “soberanía nacional” y, aunque este predominó como modelo político, existieron de manera paralela otros proyectos que proponían la creación de uniones regionales sobre la base de una soberanía compartida o común. En cualquier caso, a pesar de que este último modelo no prevaleció en ese momento, deja como antecedentes históricos dos cuestiones, el desarrollo de ideas integracionistas y el rol que jugarán los Estado-Nación, que inicialmente se independizarán del papado y del imperio, para ser estados soberanos. En el caso de los países europeos se dan cuenta que como estados soberanos e independientes son tan pequeños en la escena internacional que siglos más tarde retoman las ideas de formar una unión regional para poder tener una mayor presencia en los asuntos internacionales. En esa transición el Estado-Nación aprenderá a conjugar un nuevo rol, el de ser un Estado Miembro de una Unión Regional ahora de carácter supranacional y donde la clave no es defender a capa y espada, y de manera irrestricta la soberanía nacional, sino más bien, de una soberanía compartida, y ya no mediante la guerra, sino a través de la defensa de paz y el uso de la diplomacia. Así mismo hacemos un paralelismo histórico entre Europa y América, estudiando los respectivos procesos de integración regional y su interrelación. Parte de nuestra hipótesis es que con el descubrimiento de América se produce una ampliación del mundo occidental y, con ello, un intercambio de ideas y de experiencias políticas que irán desde Europa hacia América. El debate sobre qué modelo político tener se dio tanto en los países de Europa como en los de América. En el caso de Europa durante los períodos de los llamados “Sistema de Estados Europeos” o “Sistema Político de Europa” (Congresos de Westfalia 1644-1648) y posteriormente “Concierto Europeo” (Congreso de Viena 1814-1815). Y en el caso de los países americanos, el debate sobre qué modelo político seguir se gesta durante el período de sus independencias y mediante el Congreso de Panamá (1822-1825) donde se discutió la posibilidad de formar una unión regional. No mencionamos el Caribe, dado que la gran mayoría de los países caribeños inician sus independencias en el siglo XX. También excluimos a Canadá y Estados Unidos, en consecuencia cuando hablemos de los países americanos o América, nos referiremos al grupo de países que hoy se denomina “América Latina”, y enfatizamos hoy, por cuanto como veremos a lo largo de este trabajo, no siempre fue llamada así. Es destacable indicar la constante voluntad de unificación de ambas regiones a lo largo de los siglos, cuya motivación es el deseo de lograr la paz (pactum pacis) y la seguridad en sus respectivas regiones. En el caso de los países europeos era terminar con las constantes guerras fratricidas (guerra intra, podemos decir una guerra intra-regional). En el caso de los países americanos, era terminar con las constantes amenazas de guerra por parte de las potencias extra-regionales (europeas), durante el período de las guerras de independencia, (guerra inter, podemos decir que era una guerra inter-regional). El riesgo de nuevas guerras es lo que lleva a los estados a unirse para evitar conflictos y establecer una zona de paz y la creación de organizaciones supranacionales que sirvan para mediar, y solucionar conflictos de manera pacífica. Resultado logrado con el proceso de integración de la Unión Europea, en la década de los años cincuenta del siglo XX. Quizá por esa razón el conjunto de la academia llega a un consensus al determinar que es el período en la historia en el cual nacen las uniones regionales, por ser esta la década donde se concretiza la creación de organismos de integración regional, algo que no sucedió con anterioridad. Sin embargo, esos hechos no pueden llevar a desconocer, en conjunto y desde una perspectiva histórica, los varios intentos en la búsqueda de la unidad política tanto de los países de Europa como de los de América. A nuestro entender son esos proyectos los que contribuyeron a ir madurando la idea de crear las uniones regionales tal como hoy las conocemos en Europa y América.