La recepción de la categoría conciliar Pueblo de Dios en la teología argentina y su proyección en la Evangelii gaudium
- Pérez Pérez, Jesús Andrés
- Juan Pablo García Maestro Director
Universidad de defensa: Universidad Pontificia de Salamanca
Fecha de defensa: 23 de octubre de 2020
- Román Ángel Pardo Manrique Presidente
- Fernando Rodríguez Garrapucho Vocal
- Miguel López Varela Vocal
- Francisco José Andrades Ledo Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Uno de los grandes acontecimientos eclesiales de los últimos tiempos ha sido el Concilio Vaticano II. De él se desprende el camino hacia una profunda renovación eclesial y pastoral que busca responder, discernir e interpretar los signos de los tiempos en nuestro mundo de hoy. Entre los importantes aportes que nos ha dejado el Concilio ha sido definir la Iglesia como el “Pueblo santo de Dios” (LG 12), en la cual está incorporada toda la comunidad cristiana por la gracia del sacramento del bautismo. A partir de esta categoría cambia toda la visión de la Iglesia que se había tenido en los últimos siglos. Emerge pues una nueva visión eclesial que se va desarrollando en diversos lugares del mundo, de distintas maneras. La que nos concierne, es la llevada a cabo y difundida por la iglesia latinoamericana, que, tras la clausura del Concilio y el regreso de sus obispos a las respectivas sedes, casi de inmediato, tiene lugar la puesta en práctica de las conclusiones conciliares, cada uno según sus posibilidades. Nos interesa, toda vez que es el motivo de nuestra tesis doctoral. En ese contexto de América Latina, comienza un nuevo despertar que caracteriza a esta iglesia y que fue favorecido por las Conferencias Episcopales (CELAM) en sus diversos documentos, comenzando por Medellín (Colombia) hasta Aparecida (Brasil), lo cual supuso una puesta en marcha del Vaticano II en la realidad de los pueblos y de sus propias culturas. Necesariamente para entrar en la materia que va a conformar nuestro trabajo, hemos de referenciar, aun cuando sea de forma sucinta, de donde van saliendo los elementos que, como de una cantera de la cual se van extrayendo bloques que han de conformar el gran edificio, de manera semejante se van dando acontecimientos que determinarán el amanecer eclesial de la iglesia latinoamericana y asentarán el concepto de Pueblo santo de Dios. En este sentido, los obispos a través de Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida establecen los fundamentos por medio del cuál el Concilio se desarrolla de distintos modos respondiendo a las diversas situaciones de la Iglesia en A.L.