Ti emoi kai soiJn 2,4a. Nuevas perspectivas
- Gómez Fernández, Alonso
- Ramón Trevijano Etcheverría Director
Universidade de defensa: Universidad Pontificia de Salamanca
Ano de defensa: 2002
- Santiago Guijarro Oporto Vogal
Tipo: Tese
Resumo
La respuesta de Jesús a su madre en las bodas de Caná (Jn 2,4) ha sido una verdadera crux interpretum en la historia de la exégesis. A mediados del siglo pasado, un crítico afirmaba que ninguna de las muchas y variadas explicaciones que se habían dado resistían un análisis serio de las mismas y no dudaba en sostener que este texto es uno de los más difíciles del cuarto evangelio. Dicho criterio es compartido por la mayor parte de los estudiosos de hoy. Todavía no se ha llegado a una explicación concorde y su oscuridad prosigue hasta nuestros días. Exegéticamente se trata de 'una verdadera selva enmarariada' donde es fácil desorientarse dada la complejidad añadida del cuarto evangelio que plantea los mayores problemas a la crítica histórica. Un teólogo, que no se arredra fácilmente ante cuestiones arduas, ha dicho del cuarto evangelio: 'Lo que tocaba el rey Midas se convertía en oro; todo lo que concierne al cuarto evangelio se convierte en misterio'. El enigma planteado por él es aún más difícil de descifrar que el propuesto por la esfinge del relato mítico, como lo ha experimentado agudamente la investigación crítica de estas últimas décadas. Conscientes de la precariedad de nuestro intento, tratamos de abordar este versículo desde otros ángulos y por caminos distintos a los recorridos, con la esperanza de aportar nuevas perspectivas que ayuden a desatar uno de los nudos gordianos de la exégesis joánica. Existen estudios valiosos que analizan en profundidad y con maestría los aspectos filológicos, históricos y literarios del relato, muchos de los cuales serán asumidos por nuestra investigación como punto de partida. Pero como, a pesar de ellos, subsiste la oscuridad, sería un buen servicio partir de aquellos que creemos más válidos sin detenernos excesivamente en su desarrollo y proceder a la búsqueda de nuevos horizontes que aporten más claridad y, a ser posible, una certeza que seguramente no se logrará en muchos arios. No olvidemos, como alguien ha dicho, que nuestra exégesis científica tiene escasamente dos siglos de historia.