El deterioro de la salud mental durante el confinamiento por CoV-19 y la protección de la autocompasión

Resum

La socialización y el contacto físico son necesidades tan básicas en la especie humana, que la motivación para satisfacerlas, sólo se ve superada por aquella que satisface los requerimientos fisiológicos más elementales, como el hambre, la sed y la reproducción. La falta de satisfacción de las nombradas necesidades durante el confinamiento por la pandemia por Cov-19, la convirtió en un importante stressor psicosocial, con efectos negativos previsibles sobre la salud mental de la población confinada. Con el objeto de probar la existencia de un deterioro de la salud mental, durante la segunda semana del confinamiento se reclutó una muestra amplia de población, que después de aplicar los criterios de exclusión quedó reducida a 917 personas. Todas los reclutados recibieron, para su cumplimentación de forma anónima, un cuestionario destinado a medir variables psicosociales y sociodemográficas. Así como la escala DASS-21 que mide ansiedad, depresión y estrés, el cuestionario PVDQ que mide la percepción de peligro de infección y el miedo al contagio y la escala SCS que mide las tres dimensiones de la autocompasión: auto amabilidad, humanidad compartida y atención plena. Además, dos grupos aleatorizados de cuarenta personas recibieron diariamente una meditación guiada a través de zoom, para desarrollar la atención plena y la autocompasión. Los grupos de intervención fueron comparados con un grupo control. Todos cumplimentaron previamente a la intervención al término de la misma y dos meses después las mismas encuestas y escalas que en los estudios transversales Los resultados obtenidos, muestran que se produjo un deterioro en la salud mental en más del 30% de la población estudiada, que pudo correlacionarse con algunas variables sociodemográficas y también de forma inversa con los niveles de autocompasión de la población estudiada. En el estudio aleatorizado de la intervención, la atención plena y la autocompasión desarrolladas por la práctica diaria, tuvieron un efecto protector frente al distrés generado por el confinamiento.